Hace ahora un año del Rescate Financiero: Una Estafa a la Juventud
El
18 de junio de 2012, Rajoy entró en la reunión del G20 tras haber solicitado que la U E rescatara a BANKIA y otros bancos españoles, arruinados por la burbuja inmobiliaria y la mala gestión, incluida la de los políticos implicados en fraudes diversos a los impositores, especialmente desde el PP.
Desde
esa fecha, la Troika se pasea por España sin que la percibamos, poniendo
interrogantes al futuro de los bancos rescatados bajo sus instrucciones.
La
Burbuja se alimentó con las deudas
de los ciudadanos
En
una conferencia de 29-06-2005, Jose Luis Malo de Molina, Director de Estudios
del Banco de España, alertaba de la presión creciente de la deuda hipotecaria
sobre los ahorros de las familias españolas. Deuda que en 1998 constituía el
60% de la renta de todas las familias y en 2005 llegaba al 120%, con una media
de amortización a 25 años. En realidad, anunciaba el sacrificio de la primera
generación del siglo XXI, cuya capacidad futura de ahorro se estaba utilizando
conscientemente para cebar la burbuja, y las cuantiosas plusvalías
inmobiliarias.
Decía
el BBVA en 2008, que un 45% del incremento en el Valor Añadido Bruto español,
de 1998 a 2007, se debió al aumento de las actividades inmobiliarias y de la
construcción. Ricard Vergés, por su parte, evaluaba la cifra total de plusvalías
del ladrillo entre 2003 y 2007 en 315.000 millones de euros. Como el valor de
las viviendas aumentó de un índice 100 (1998) a 264 (2007) la cifra tuvo que
ser mas abultada. Para financiarlas la banca acudió al crédito interbancario de
Frankfurt, donde en 2010, según el FMI,
mantenía un pasivo de 365.000 millones.
Los
excedentes financieros destinados al ladrillo lo fueron en competencia con la
economía productiva, afectando a todos sus activos: financiación, bienes de
equipo y capital humano y organizativo. Durante esos años la profesión más
demandada fue la de arquitecto técnico, y en FP, los técnicos de
gestión de la construcción eran captados en los últimos cursos. Los fondos para
investigación con materiales y cálculos de construcción tuvieron un tratamiento
preferente, y muchos jóvenes abandonaron los estudios a los 18 años. La
nueva generación se iba a encontrar, a partir de 2008, un mercado de
trabajo desmembrado, una industria
en declive y una deuda familiar,
cuando no personal, que condicionará su futuro de 10 a 15 años.
En lo inmediato, la
economía española no encuentra financiación porque los balances de los bancos están
bloqueados por el ladrillo: El crédito a las inmobiliarias se eleva a 446.000
millones, valor reducido a la mitad tras las dotaciones por riesgo de impago.
Las hipotecas a particulares suman 660.000 Mill. El pasivo que cubre esos
créditos es a corto plazo y los inmuebles e hipotecas ya no son garantía en el
interbancario, y los bancos europeos quieren recuperar el dinero, o cubrirlo
con aval público cebando la prima de riesgo.
Durante
los 20 próximos años, una parte significativa de los españoles con capacidad de
ingresos y gasto, tiene comprometida gran parte de su renta en la amortización
hipotecaria. Los bancos, por su parte, destinarán esas amortizaciones para
disminuir su endeudamiento. Hasta dentro de varios años no podemos esperar
aportaciones significativas de liquidez. a la economía productiva.
El
problema se agrava si tenemos en cuenta los stocks no desvelados, manipulados y
siempre cambiantes de ladrillo en posesión de los bancos, y de ese engendro que
conocemos por SAREB. Vergés en
2009 demostraba, cotejando certificados final de obra con visados
profesionales, que el stock de viviendas sin vender, que acabaría en los
balances bancarios, era de casi 2 millones de unidades, incluidos 615.000
correspondientes a promociones ya terminadas en 2007 (De 300 a 450 Milmill €).
Los
bancos se protegen contra las pérdidas obstaculizando que la masa de inmuebles
salga al mercado, dificultando la generación de liquidez. El SAREB
contribuye a esa estrategia, por un lado permite una gestión integrada de las
ventas, por otro distribuirá las pérdidas entre todos los contribuyentes.
¿Ricos o Primos?
Las burbujas, como el suflé, se acaban deshinchando. Lo mismo que el ensueño de la codicia nos hizo más
ricos, hoy volvemos a ser mas pobres,
sin saber tampoco porqué. Si las viviendas estaban sobrevaloradas en un
100%, las hipotecas y sus garantías valen la mitad, aunque el deudor lo sea por
la totalidad. El efecto riqueza sigue apalancando las percepciones, y nos
impulsa a colaborar con la estrategia bancaria, al fin y al cabo, no queremos
que nuestro pequeño patrimonio se devalúe.
Las
pocas noticias que nos llegan del informe presentado por la Troika, apuntan a
que algunos bancos ya rescatados irán emergiendo nuevas pérdidas y tensiones de
tesorería, conforme el reflujo del hundimiento inmobiliario obligue a una nueva
clarificación de sus balances. El proceso se parece al procedimiento para cocer
una rana viva. Porque todo este enredo, creado hace mucho tiempo, aún no se ha
movido ni un milímetro.
Corremos
el riesgo de desmoralización democrática, que es lo que está esperando el
“establishment”: La desmoralización, piensan, traerá consigo la
desmovilización. Ya se lo dijo Mr. Cámeron a M. Hollande: si usted, francés,
quiere aumentar la igualdad ya nos encargaremos nosotros de hacérselo difícil.
Al fin y al cabo, si los alemanes viven de su industria, nosotros tenemos
industria financiera, y de ella vivimos.
¿Cómo
podemos conjugar la amenaza del empobrecimiento catastrófico en la riqueza de
los españoles con la ineludible amortización de la deuda y, sobre todo, con la
necesidad de convertir en dinero los inmuebles de los balances bancarios para
inyectar liquidez al sistema? ¿Es factible sin considerar una quita importante
de la deuda? Haz la pregunta, amable lector y piensa en la tarea ingente de las fuerzas del cambio
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